viernes, 7 de septiembre de 2018

Tardif, los saberes del docente y su desarrollo profesional


Tardif, M. Los saberes del docente y su desarrollo profesional.  
Los cuerpos de formadores de las escuelas de Magisterio y de las Universidades monopolizan actualmente el polo de producción y legitimación de los saberes científicos y pedagógicos, siendo el cuerpo docente destinado a las tareas de ejecución y aplicación de los saberes. La función docente se define en relación con los saberes, pero parece incapaz de definir un saber producido o controlado por quienes la ejercen. No controlan directamente el proceso de definición y selección de los saberes sociales que se transforman en saberes escolares. En este sentido, los saberes disciplinarios y curriculares que transmiten maestros se sitúan en una posición de exterioridad en relación con las prácticas docentes.  
En el transcurso del siglo XIX y XX, la educación y la infancia se convierten en espacio y problema públicos y en campo de acción social racionalizada y planificada por el Estado. Los sistemas escolares se conciben como instituciones de masas que dispensan a toda la población un tratamiento uniforme, garantizado por un sistema jurídico y una planificación centralizada. El modelo de referencia es el modelo fabril de la producción industrial. En el interior de la escuela-fábrica, ese cuerpo de ejecutores parece evolucionar en los últimos treinta años, rumbo a una diferenciación técnica y pedagógica de sus tareas y funciones. El profesor generalista ha visto como se restringía y se especializaba su campo de actuación con la aparición de nuevas categorías de docentes y de especialistas (escuela infantil, educación especial, orientación escolar, psicología, etc). Su campo de intervención ha quedado limitado y su competencia disminuida, cuidando de la instrucción de los alumnos.  
Saberes experenciales  
Nuestras investigaciones muestran que, para los educadores, los saberes adquiridos mediante la experiencia profesional constituyen los fundamentos de su competencia. Estos saberes no están sistematizados en doctrinas o teorías, son prácticos, forman un conjunto de representaciones a partir de las cuales los educadores interpretan, comprenden y orientan su profesión. En el ejercicio cotidiano de su profesión, los condicionantes están relacionados con situaciones concretas que no permiten definiciones acabadas y que exigen de improvisación y habilidad personal, asi como la capacidad de afrontar situaciones variables. En el discurso docente, las relaciones con los alumnos componen el espacio en el que se validan, en última instancia, sus competencias y sus saberes.  
Objetivación parcial de los saberes experienciales.  
A través de las relaciones con los compañeros docentes y la confrontación entre los saberes producidos por la experiencia colectiva, los saberes experimentales adquieren una cierta objetividad: las experiencias subjetivas, al sistematizarse  se transforman en un discurso de experiencia, capaz de informar o formar a otros docentes y de proporcionar una respuesta a sus problemas.  


La práctica puede considerarse como un proceso de aprendizaje a través del cual se reconstruye la formación adaptándola a la profesión, eliminando lo que les parece inútilmente abstracto o sin relación con la realidad vivida y conservando lo que puede servirles e una forma o de otra. La experiencia permite un efecto de recuperación crítica (retroalimentación) de los saberes adquiridos antes o fuera de la práctica profesional.  
Conclusión: El saber docente y la condición de una nueva profesionalidad.  
El saber docente es, por tanto, esencialmente heterogéneo: saber plural, formado por diversos saberes provenientes de las instituciones de formación, de los círculos y de la práctica cotidiana 
Para concluir, cabría preguntarnos si al cuerpo docente no le beneficiaria exteriorizar sus saberes de la práctica cotidiana y de la experiencia vivida a otros grupos productores de saberse e impulsar en conjunto un saber derivado de su práctica, sobre el que podrían reivindicar un control socialmente legítimo. Esta tarea podría ser la condición básica para la creación de una nueva profesionalización entre los educadores.   

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